En el marco del Circuito "Asturies, Cultura en Rede" / Proyectos Visuales
En un primer encuentro podría parecer que el planteamiento de “Líneas de infantería”, es afín al diario fotográfico, en el sentido de que las imágenes que componen la serie surgen de experiencias personales del fotógrafo, y parten más de estas que de un plan trazado a priori.

Sin embargo, la minuciosa elaboración técnica y estética de cada imagen individual, así como el modo en que estas se combinan y yuxtaponen – buscando lecturas que favorecen su capacidad evocadora o simbólica con respecto a su carácter documental – nos llevan a interpretaciones más complejas, que despiertan preguntas sobre el ambiguo estatus de la fotografía en nuestro mundo post-analógico.

Así, estas imágenes funcionan simultáneamente como un registro de personas, lugares y objetos vinculados a quién los fotografía, y como signos que articulan una narración abierta (marcada por referencias culturales: cinematográficas, históricas, pictóricas...) que trasciende su experiencia directa de la realidad y apela a una memoria visual, consciente o no, compartida en mayor o menor grado con el espectador.“Líneas de infantería” nos sitúa ante una realidad más espectral, más inmaterial, más vinculada al tiempo, a la cultura y a la memoria.

A esa intersección, común y extraña, a veces vertiginosa, entre la existencia individual y el transcurrir de la historia, entre lo fugaz y lo que permanece, entre la vida y la imagen. La yuxtaposición recurrente en la serie de retrato con bodegón o paisaje – de carácter casi siempre ruinoso, decadente, con marcas obvias del paso del tiempo – parece incidir en esta tensión entre fugacidad y permanencia. Imágenes que dan testimonio – en un sentido aquí sí, tan fotográfico – de vidas en un instante concreto de su devenir, un devenir que implica, y de aquí el título del proyecto, un avance inevitable hacia la no- permanencia.