Si visitas nuestros pueblos verás multitud de pequeñas huertas que aún se cultivan para consumo familiar. Son un autentico tributo a los ciclos lentos de producción de nuestro clima y la verdadera esencia de movimientos actuales como el slowfood. ¿Recuerdas a qué sabe un tomate?
Además de nuestras famosas fabes, que se ponen a secar en el exterior de los hórreos, en nuestros huertos se cultivan vegetales y hortalizas durante todo el año. El verano y el otoño son la época más fértil, cuando se recogen tomates, lechugas, calabacines, fréjoles, pimientos o calabazas. Algunos de estos productos se conservan embotados para todo el año y otros aguantan en la despensa, como fabes, patatas o cebollas. En invierno la huerta produce repollos, coliflor y poco más, pero hay una verdura de todo el año que no falta: las berzas, que acompañan a fabes, patatas y compango en el tradicional pote.
El maiz ha sido tradicionalmente uno de los sustentos de la alimentación rural, con su grano se elaboraba harina con la que se hacían fariñas o farrapes y tortos. Hoy en día se sigue incorporanndo en recetas tradicionales o incluso renovandose en sofisticados postres.
Aún hay algún pequeño productor local que vende esporádicamente en el mercado semanal de los jueves de Colunga e incluso alguno de nuestros restaurantes tiene huerta propia, no desaproveches la oportunidad de tomar nuestras verduras naturales y recuerda el sabor auténtico e intenso de la producción lenta de nuestra huerta.
Fotografía de cabecera: Fabes (© JF Sánchez)
Pregunta por productos de temporada
Algunos de nuestros restaurantes se nutren de producto local de temporada. Pregunta por productos de "casa" y goza del sabor intenso de verduras y hortalizas cosechadas a su tiempo.
Descúbre nuestros pueblos
Haz un recorrido por nuestros pueblos, deléitate con sus ritmos de vida lentos y valora el trabajo de los pequeños productores, herederos del saber hacer de generaciones pasadas.