Es una casona de estilo popular, construida entre los siglos XVII y XVIII, perteneciente a la familia de Suerpérez como muestra el escudo de su fachada, con las armas de las familias Cantillo y Suerpérez.
En esta zona se localizaba la antigua iglesia de San Blas y su cementerio, los cuales fueron destruidos cuando se construyó la de iglesia de Santa María de Sábada.