Aunque los tejos suelen crecer aislados, en el Sueve forman uno de los bosques más extensos de Europa, con multitud de ejemplares, muchos de ellos centenarios.
Los tejos (Taxus baccata) son arboles de muy lento crecimiento, muy longevos y que pueden vivir en suelos muy pedregosos y pobres.
Una de las características más llamativas de esta especie es que todas las partes de son tóxicas a excepción de la parte carnosa que recubre su semilla. Es en parte por ello que está asociada a multitud de leyendas y rituales desde culturas muy antiguas.
Este bosque es bastante inaccesible y frágil, estando además el tejo protegido, por lo que es muy recomendable visitarlo acompañados por alguno de los guías locales.